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domingo, 19 de diciembre de 2010

IMAGENES DE OTROS INVIERNOS






Ah….!  El invierno, el frío… Muchos pintores holandeses y belgas
reflejaron como nadie el frio del invierno.
Charles Leickert,  Frederik Kruseman, Cornelis Verburgh, Hendrik Avercamp,
Adriaen Van de Velde, la familia Koek Koek…y muchos mas.
Pintores que dejaron reflejado en sus cuadros el testimonio de una forma de vida que ya no volverá.
Sus paisajes nevados, helados, evocan también el calor del hogar alrededor del cual
se agrupaban las familias, de los relatos que se contaban a su calor…



Fijaos en el primer cuadro: Abajo, a la izquierda estamos mi maestro y yo. Regresamos de pintar uno de estos bellos paisajes. Vamos cargados con los elementos para pintar: caballete, pinturas, pinceles...
A nuestro alrededor la vida vibra en cada destello del río helado. Los mas pequeños juegan con sus sencillos trineos y tablas y los mas mayores se afanan en sus quehaceres arrastrando trineos mas grandes. No parece que el frío traspase sus ropas, son cálidas sus miradas y animados los gestos con los que nos saludan al pasar.
Hemos estado todo el día fuera, a mi maestro le gusta pintar el máximo tiempo posible del natural y acabar el cuadro en el taller, ya al calor de la chimenea.
Y ahí estaba yo, allí, frotándome las manos para poder mantenerlas calientes y sujetar los pinceles.
De vez en cuando mi maestro ha de llamarme la atención, pues me pide uno de los cuencos de pintura y yo no lo oigo, absorto como estoy mirando a través de la ventana. El sabe que no solo contemplo el paisaje, si no que mi vista se emboba en la figura de una niña pecosa de largas trenzas rubias. La veo cada día pasar frente a la puerta del taller, cargada con la cesta de la compra y siempre lanza una mirada traviesa hacia mi ventana. Cuando lo hace, noto como súbitamente aumenta la temperatura del taller o...tal vez es mi propia temperatura la que aumenta.
-Maestro , no queda lapislázuli, deberia salir a buscarlo .
Mi maestro me mira de reojo, casi sin apartar la vista de lo que pinta. Sabe que no es cierto, me ha visto camuflar el tarro bajo unos lienzos y sabe por qué.
-Bien, Pieter, ve a buscarlo y saluda al buen Van Beernard.
En un salto estoy en la calle. Voy corriendo a doblar la esquina y, como por casualidad veo a la pecosa detenida  hablando a un perrito que tirita de frío, Me mira, me sonrie y me dice:





Ah!...el invierno..
.


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